Un proyecto para una economía de cero emisiones netas

En su próximo libro «What We Need To Do Now», el experto en energía renovable Chris Goodall expone las razones de un «Green New Deal» (Nuevo Pacto Verde) para el Reino Unido. En su artículo para mega, explica lo que implica convertirse en una economía de cero emisiones netas.

Muchos países se han comprometido a reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero para mediados de siglo. Lo que distingue al Reino Unido es que fue uno de los primeros en establecer legalmente esta ambición.

Todavía no se ha especificado la ruta que seguirá el país, o cualquier otro, para alcanzar este objetivo. Aunque el Reino Unido ha logrado importantes avances en la reducción de emisiones de la producción eléctrica y en la reducción de emisiones de CO2 en casi un 60% desde 2010, casi ninguno del resto de sectores de la economía muestra indicios de mejora. El consumo de petróleo y gas no está descendiendo, mientras que las emisiones de metano y de otros gases de efecto invernadero siguen siendo altas.

Mi libro «What We Need To Do Now» propone un plan para reducir a cero los gases de efecto invernadero en las dos próximas décadas. Analiza más de 10 sectores diferentes de nuestra economía moderna que van desde el suministro energético a la alimentación y la ropa. Propone un «nuevo pacto verde», una serie de medidas radicales para erradicar todas las emisiones.

Cualquier plan que pretenda reducir a cero las emisiones netas del país necesita lograr un amplio respaldo democrático. Así que, al mismo tiempo que se trabaja por reducir la influencia negativa del país en el cambio climático, las propuestas en el libro también abogan por redistribuir los ingresos hacia los menos favorecidos, particularmente en las regiones periféricas del Reino Unido. Debe desecharse la presunción de que la reducción de emisiones siempre será a expensas de los pobres. 

De forma ineludible, el primer capítulo se centra en el suministro energético. Propone que el país continúe expandiendo la energía eólica y solar, intentando obtener 20 veces más de electricidad de estas fuentes de lo que se obtiene hoy en día. Gran parte de esta expansión provendrá de la energía eólica marina, pero sugiero que también aumentemos drásticamente la energía eólica y solar de propiedad local. La enorme expansión de las energías renovables significa que, durante la gran mayoría de las horas del año, el Reino Unido dispondrá de mucha más energía de lo que actualmente necesita.

Sí, electrificar la calefacción de los hogares y convertirse a los coches eléctricos aumentará la demanda de electricidad, quizás casi duplicará nuestras necesidades. Pero el país dispondrá de grandes excedentes la mayoría del tiempo. Existe una lógica para esto: significa que no necesitaremos un gran parque de centrales eléctricas de gas preparadas para abastecer nuestras necesidades eléctricas. Nos desharemos en gran medida del problema de la intermitencia. No menos importante, un excedente energético nos ofrecerá la oportunidad de generar grandes cantidades de hidrógeno renovable a partir de la electrólisis del agua. Este hidrógeno puede funcionar como nuestro medio de almacenamiento a largo plazo, disponible para usarse en la regeneración de electricidad en momentos de escasez, para introducirse en la red de gas, como sustituto del metano o para la conversión en combustibles líquidos sintéticos que sustituyan el petróleo.

Esta idea está siendo cada vez más debatida por expertos en energía de toda Europa, pero hasta el momento ha tenido poca repercusión en el Reino Unido. Mi libro supone un intento de iniciar un debate más amplio de este plan aparentemente excéntrico. Aunque el hidrógeno «ecológico» es más caro en la actualidad que si fuera obtenido a partir de combustibles fósiles, el descenso continuo del precio de la electricidad renovable significa que la posición de costes no tardará mucho en invertirse. Una segunda característica del planteamiento propuesto respecto al rediseño del sistema energético es lo que yo llamo la municipalización del suministro.

Considero que la generación local, empleando primordialmente parques solares o eólicos en tierra, debería llevarse a cabo por organismos públicos gestionados por ayuntamientos. Estos organismos también deberían controlar las redes de distribución de electricidad y gas. Estas ideas pueden parecer radicales, pero son una copia exacta del exitoso modelo puesto en práctica por pueblos y ciudades en Alemania. En el debate del libro acerca del sector inmobiliario, hago hincapié en la necesidad de reacondicionar apropiadamente gran parte del parque inmobiliario del Reino Unido.

El país cuenta con el sector inmobiliario más antiguo y con peor aislamiento del norte de Europa. Esto impone elevados gastos de calefacción a los más vulnerables de la sociedad y es una causa de problemas de salud entre los segmentos de población de mayor edad. Casi el 20% de las emisiones del Reino Unido proviene de la calefacción de los hogares. Mi propuesta es una solución que conlleva un profundo reacondicionamiento de todas las viviendas, empleando nuevos paneles aislantes fabricados en plantas que pueden instalarse de forma rápida y cómoda en viviendas más antiguas. Estas mejoras en los hogares son caras, pero crearán cientos de miles de nuevos empleos, entre otros muchos beneficios. 

La industria alimentaria genera más gases de efecto invernadero que cualquier otra aparte de la energética. Solo la cría de carne de vacuno es responsable del 10% de las emisiones del Reino Unido.

Esta incómoda realidad es la causa de que, para alcanzar la meta de cero emisiones netas, probablemente debamos renunciar a la carne casi por completo. Analizo diferentes medios de lograr una dieta sana sin carne que incluyen cambios significativos en el cultivo de cereales.

En el caso del transporte, todos comprendemos la necesidad de adoptar vehículos eléctricos, incluidos algunos o todos los furgones y camiones comerciales. Pero la huella de carbono de la producción de estos vehículos es probablemente mucho más alta que sus equivalentes de motor de combustión interna. Opino que la elaboración de políticas debe enfatizar la conveniencia del uso de vehículos compartidos, así como mejoras sustanciales en el acceso peatonal y ciclista.

Además de los beneficios de reducir la huella de carbono, sacar los coches fuera de ciudades y pueblos mejora la salud pública y revitaliza los centros urbanos. Este es otro ejemplo de un nuevo pacto verde que mejora las condiciones de vida para la mayoría de la población.

El libro también analiza otras industrias con altas emisiones de carbono, como las del acero, de fertilizantes y del cemento. Básicamente concluye que el hidrógeno elaborado a partir de electricidad renovable puede sustituir a los combustibles fósiles utilizados para producir estos productos básicos.

Esta es otra razón importante para basar nuestra economía en una enorme inversión en energía eólica y solar empleando los excedentes temporales para elaborar hidrógeno sin generar carbono. En el caso de la ropa, opino que debemos avanzar hacia una sociedad que se centre en recuperar y reparar, en lugar de reemplazar. Muchos aspectos de la transición a una economía 100% libre de combustibles fósiles ya parecen razonables en términos financieros. La energía eólica en tierra es, casi con toda seguridad, la forma más barata de generar electricidad, por ejemplo. Pero también opino que un impuesto al carbono de 100 dólares por tonelada conseguirá que cualquier tipo de combustible fósil sea poco económico y provocará una rápida transición hacia la eliminación del gas y el petróleo en el Reino Unido. Con una gestión adecuada, también puede usarse para redistribuir los ingresos de los ricos a los menos favorecidos.

Considero que el posible avance hacia una sociedad con bajas emisiones de carbono ocasionaría una perturbación económica mucho mayor de lo que actualmente se espera.

Todos los sectores se verán afectados y son inevitables enormes cambios en los valores bursátiles de las empresas del Reino Unido.

El creciente reconocimiento de los peligros vinculados al cambio climático puede producir rápidos cambios en política y en incentivos financieros. «What We Need To Do Now» proporcionará a los responsables de las políticas e inversores una introducción de fácil lectura hacia un posible proceso rápido de descarbonización. También proporciona una visión de cómo toda la estructura económica podría verse transformada por la retirada de los combustibles fósiles.