Convivir con el plástico

Cómo una sólida multinacional de productos de consumo está intentando que los envases plásticos sean más respetuosos con el medio ambiente.

El plástico está presente en todas partes. Envuelve nuestra comida, recubre ramos de flores, contiene líquidos y nos sirve para transportar nuestras compras. El plástico es sumamente útil para proteger los productos de consumo, pero después puede convertirse en un problema. Una gran parte del plástico acabará volando por la biosfera, pasando a formar parte de la cadena alimentaria y, a la larga, quizá incluso acumulándose en la llamada "Gran Mancha de Basura del Océano Pacífico".

Mucha gente culpa a las grandes empresas multinacionales que dependen del plástico para envasar sus productos. El pasado año, por ejemplo, el gigante Procter & Gamble, con sede en EE. UU., produjo aproximadamente 680 millones de kilogramos de envases plásticos.

Pero parte de la solución al problema de los plásticos podría provenir también de estas mismas empresas.

En respuesta a la amenaza que sus envases planteaban para el medio ambiente así como a las exigencias de los consumidores, P&G se fijó una serie de objetivos de sostenibilidad en 2018. Entre ellos, se comprometió a reducir al 50% el uso de plástico de petróleo virgen en sus envases para 2030. De esta forma, se cree que se evitará el uso de más de 272.000 toneladas métricas de plástico virgen en total.

Jack McAneny, director de Sostenibilidad Global de P&G, se encarga de este proyecto.

Preguntamos a McAneny cómo pretende su empresa reducir su huella plástica y cómo tal reducción exigirá revisar a fondo su cadena de suministro, inventar nuevas tecnologías e incluso implicarse en el reciclaje municipal a pie de calle.

¿Por qué no abandonar los plásticos por completo? ¿Qué ventajas ofrecen como materiales de envasado?

McAneny: Se trata de un material valioso ya que proporciona un envasado ligero y protege los productos. Reducir el peso de los envases reduce la huella de transporte. Los plásticos necesitan menos combustible para su transporte que el vidrio u otros materiales. La cuestión es que los plásticos no deberían estar contaminando nuestros cursos de agua ni ensuciando nuestras tierras.

¿Cuál es el mayor obstáculo a la hora de reutilizar más plásticos?

La calidad. La necesidad de calidad nos ha llevado a plantearnos cómo podemos ayudar a la industria a innovar en diferentes tecnologías de separación y recuperación que contribuyan a aumentar el suministro de resina reciclada.

Para este fin, los científicos de P&G han desarrollado una tecnología que purifica el polipropileno, un plástico más grueso y robusto utilizado en multitud de tapas y cierres de botellas, vasos de yogur y otros tipos de tarrinas habituales en las tiendas de alimentación. Existen obstáculos a la hora de reutilizar el polipropileno: los materiales recogidos suelen ser oscuros, lo que genera un color poco atractivo una vez reciclados, y también pueden conservar olores desagradables. Ambos factores limitan las opciones de reutilización. Nuestros científicos han desarrollado un proceso que básicamente devuelve el polipropileno a un estado casi virgen. Esto transformará el reciclaje del polipropileno y aumentará en gran medida la posibilidad de reutilizar estos materiales. Hemos patentado esta tecnología y la hemos comercializado con el nombre de "Pure Cycle". El polipropileno primero se funde y luego se filtran los colorantes, olores y otros agentes contaminantes para eliminarlos, obteniendo así un material claro que tiene las características del plástico virgen.

¿Cuáles son los mayores desafíos para incrementar el uso de plásticos reciclados?

En EE. UU. el mayor desafío es la incoherencia en el diseño de los programas locales de reciclaje y la consiguiente confusión que generan entre los consumidores en cuanto a qué se puede reciclar y qué no. Si logramos una cierta coherencia en cuanto a lo que se recoge, esto ayudará a aprovechar nuevas fuentes de abastecimiento y materiales. Esto nos va a exigir trabajar con nuestros homólogos en el sector industrial, las ONG (organizaciones no gubernamentales) y otros grupos. Las políticas gubernamentales también pueden contribuir a establecer protocolos normalizados de recogida.

¿Cuáles son algunos de los plásticos que actualmente no se reciclan y que podrían prestarse a nuevas tecnologías?

Una de las cuestiones en las que hemos trabajado es cómo podemos lograr que se recojan a pie de calle las películas de plástico flexibles que se emplean para envolver muchos artículos como quesos, papel absorbente, ropa lavada en seco y pañales. Las películas de plástico flexibles son muy ligeras y ofrecen un elevado nivel de protección para los productos, pero son un agente contaminante en el reciclaje. La mayoría de los municipios no quieren este tipo de películas de plástico en el contenedor de recogida a pie de calle porque obstruyen la maquinaria en los centros de recuperación de materiales.

Vamos a lanzar un proyecto piloto en Pensilvania (EE. UU.) en colaboración con otros socios industriales que irá dirigido a 200.000 hogares. Hemos trabajado con un centro local de recuperación de materiales para reacondicionar parte de su maquinaria existente con las nuevas tecnologías que hemos desarrollado y que le permiten separar las películas de plástico y recuperarlas. Esto permitirá a los consumidores colocar las películas de plástico en su contenedor a pie de calle, separarlas y recuperarlas y, por lo tanto, aprovechar una nueva fuente de valioso material. Este esfuerzo está siendo supervisado por la Alianza por el Fin de los Residuos Plásticos, una organización sin ánimo de lucro con casi 30 empresas afiliadas, presidida por David Taylor, CEO de P&G, que ha dedicado más de 1.000 millones de dólares a acabar con los residuos plásticos y que ha convertido el desarrollo de infraestructuras en uno de sus objetivos principales.

Parte de vuestro plan general consiste en "dar ideas" a los consumidores. ¿Cómo tenéis previsto llevarlo a cabo?

Las ideas pueden provenir de un uso más extendido de la etiqueta "cómo reciclar", que ayuda a educar a los consumidores acerca de qué se puede y qué no se puede reciclar. La iniciativa "bote de plástico de playa", liderada por nuestra marca de champú Head & Shoulders, utiliza materiales recuperados a partir de la limpieza de playas y ríos. Hemos trabajado con una serie de socios para crear una cadena de suministro de plástico reciclado producido a partir de residuos recogidos en playas y ríos. Los botes actuales que encontramos en tiendas son blancos y los botes de Head & Shoulders producidos a partir de plásticos recogidos en playas se distinguían por su color gris. Cuando lanzamos estos botes en EE. UU., intentamos educar a los consumidores para llamar su atención sobre el problema del plástico en las playas, pero también tratamos de hacer hincapié en la importancia de la reciclabilidad. Creo que es un fantástico ejemplo de cómo estamos intentando encontrar no solo valiosas soluciones para el plástico recuperado en las playas, sino también formas de interactuar con nuestros consumidores en este asunto.