De empresa contaminante a campeona en sostenibilidad

¿Cómo consiguió una empresa minera reinventarse para convertirse en una fábrica ecológica en las dos últimas décadas? Umicore explica la historia de transformación de su negocio.

Esfuerzos en investigación y desarrollo en tecnologías limpias

Con ciertas cuestiones medioambientales situándose en la cima del orden del día para consumidores, gobiernos y reguladores, las empresas se están mostrando cada vez más explícitas sobre su carácter ecológico. No siempre es una transformación fácil, pero la historia de Umicore demuestra que es posible.

La historia de la empresa belga se remonta a 1805, cuando Napoleón Bonaparte concedió una mina en la frontera entre Bélgica y Alemania al empresario industrial Jean-Jacques Dony. Durante casi dos siglos, la empresa se dedicó principalmente a la minería y la fabricación de productos básicos y metales comunes. 

Entonces, más o menos a principios del siglo XXI, cuando el cambio climático ocasionado por el hombre y los peligros derivados del uso de combustibles fósiles empezaron a generar titulares, la empresa se embarcó en una revolución estratégica, vendiendo sus activos mineros y apartándose de los productos básicos para dedicarse a materiales especiales y, con el tiempo, a tecnologías limpias. 

La empresa entendió que "debía hacer frente a un enorme legado medioambiental sumamente negativo debido a 200 años de actividades industriales", comenta Marc Grynberg, CEO de Umicore. "No era cuestión solo de mejorar nuestra imagen o nuestra reputación, sino que básicamente comprendimos que era la única forma de avanzar. Sabíamos que si lo hacíamos de forma voluntaria, ello nos permitiría mantener el control sobre la metodología, el coste y los plazos para hacerlo".

nueva planta de Umicore en Corea del Sur

Umicore hoy en día

Hoy en día, Umicore (que cambió su antiguo nombre de Union Miniére en 2001) es un grupo global de tecnología de materiales y reciclaje con más de 10.000 empleados e ingresos (excluyendo los metales) de 3.300 millones de euros para el conjunto del año 2018. La empresa dedica la gran mayoría de sus esfuerzos en investigación y desarrollo (I+D) a tecnologías limpias, desde catalizadores de control de emisiones hasta materiales para baterías recargables y tecnología de reciclaje, con el objetivo de negocio primordial de crear valor sostenible. Cada año, entre el 5 y 7% de los ingresos se invierten en I+D, y en 2017, el 85% de esa cifra fue destinada a la investigación en movilidad limpia.

Por ejemplo, una de sus instalaciones de reciclaje insignia en Hoboken (Bélgica) está situada desde hace muchísimos años en lo que ahora se ha convertido en una zona residencial. Esta proximidad ha obligado a la empresa a desarrollar algunos de los procesos más limpios posibles para mitigar el riesgo de emisiones que afecten a los que residen en la localidad, como parte de su política de tolerancia cero respecto al impacto medioambiental.

Transformación de negocio

Ser pioneros está dando ahora sus frutos.

"Invitamos a los reguladores a visitar nuestras instalaciones", comenta Grynberg, "para que lo que hemos logrado se convierta en un referente. Estamos pidiendo normativas más estrictas". "Estas no solo beneficiarán a la sociedad a nivel global", añade, "sino que también influirán positivamente en el negocio, situando en una posición difícil a los competidores menos éticos de Umicore". Este es el poder de avanzar por uno mismo antes de que te obliguen a ello.

Además, la historia reciente de Umicore también es una lección de humildad sobre el tiempo que pueden llevar ciertos cambios. Tomemos el ejemplo de los vehículos eléctricos. La empresa tomó la decisión de trabajar en materiales para vehículos eléctricos en 2005, cinco años antes de que Nissan lanzara por primera vez su modelo totalmente eléctrico Leaf. "Era una época en la que no muchos creían en la electrificación", comenta Grynberg. "Los primeros 10 años supusieron una ardua batalla contra los escépticos, hasta que las normativas cambiaron las reglas del juego hace unos cinco años". Ahora el negocio de los vehículos eléctricos ha despegado. Recientemente, Umicore se ha asociado con Audi para llevar a cabo un modelo de reciclaje de baterías de ciclo cerrado, proyectando que más del 90% del cobalto y del níquel presentes en las baterías de alta tensión e-tron de Audi puede ser reciclado. 

¿Qué nos espera más allá del horizonte? Un aspecto clave en los próximos cinco a diez años es mejorar el rendimiento de las baterías de ion de litio, según Grynberg. Por el momento, la electrificación de la movilidad está siendo impulsada por la legislación, pero estamos empezando a observar cómo el estímulo de los consumidores toma el relevo al impulso legislativo. Para acelerar este proceso, los consumidores van a necesitar ver cuatro cosas: baterías más baratas, autonomías más largas, tiempos de carga más cortos y vida útil de las baterías más larga, en general.

Proceso de ciclo cerrado

Otro aspecto clave en el futuro es el reciclaje, concretamente el reciclaje de baterías de ion de litio. "Si la industria automovilística avanza hacia la movilidad eléctrica, en algún momento tendremos que ocuparnos de las baterías al final de su vida útil", explica Grynberg. Umicore ha desarrollado procesos de reciclaje únicos para recuperar todos los metales valiosos de esas baterías. 

Estos dos aspectos significan que el gigante ecológico se encuentra en condiciones de ofrecer a sus clientes (proveedores del sector de la automoción) un "modelo de ciclo cerrado", vendiendo materiales en primer lugar, recuperando materiales al final del ciclo de vida de las baterías y volviendo a vender luego esos materiales. Esto se traduce en un alto nivel de trazabilidad de los materiales.

Invitamos a los reguladores a visitar nuestras instalaciones para que lo que hemos logrado se convierta en un referente. Estamos pidiendo normativas más estrictas.

Sostenibilidad: próximos pasos

Para Grynberg, esta es la siguiente frontera ética. Si la trazabilidad se convierte en un aspecto clave para los consumidores, Umicore estará a la vanguardia. Lo que supone otro motivo para adelantarse e ir más allá de la legislación actual.

Las aplicaciones del modelo de reciclaje de "ciclo cerrado" no terminan aquí. Otras industrias como la de los bienes de consumo y el sector inmobiliario han empezado a implementar un modelo de negocio más sostenible.

  1. Proceso de reciclaje de ciclo cerrado: otras aplicaciones

    Danone

    La empresa trata tres recursos clave – agua, leche y plástico – como parte de circuitos cerrados. En el ciclo de la leche, por ejemplo, Danone está encontrando nuevos usos a nivel interno para el lactosuero tanto en productos nutricionales para edades tempranas como en materia prima para piensos animales, fertilizantes y energía. Respecto al plástico, Danone está colaborando estrechamente con Veolia para construir plantas con cero vertidos líquidos y trabajando para usar plástico de segunda generación de origen 100% orgánico, así como logrando índices del 100% de materiales reciclados en los embalajes.

    Fairphone

    Una de las propuestas de valor clave de Fairphone es un periodo de vida útil extendido, que se hace posible por la facilidad de reparar el teléfono gracias a componentes modulares. Además de su política de abastecimiento responsable y ética, Fairphone está empezando a incorporar metales reciclados de sus diferentes programas de residuos electrónicos a su cadena de suministro, con el objetivo final de asegurar que los teléfonos de Fairphone se devuelven y se reciclan íntegramente al final de su vida útil.

    Miniwiz

    Esta empresa de carácter tecnológico está especializada en reconvertir múltiples formas de residuos en productos y materiales de valor a escala industrial y en diversas categorías, desde arquitectura y materiales de construcción, hasta transporte, bienes de consumo y mobiliario. Los residuos plásticos se convierten en un sistema de muro cortina utilizado en edificios, mientras que las cáscaras de arroz desechadas se convierten en nuevas fundas de iPhone.

     

    Fuente: UN Global Compact, Project Breakthrough